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lunes, 5 de diciembre de 2011

El invierno y la aprición de Gripe


De nuevo llega el invierno y con él. la preocupación acerca de cómo evitar caer en las redes de los enemigos de la salud que vienen y nos obligan a permanecer en cama, o peor aún, a continuar con las obligaciones cotidianas casi sin fuerzas y pañuelo en mano. Pero no hay que resignarse.

La estación del frío no tiene porqué ser equivalente a los males que generalmente la acompañan.

Sabemos que a pesar de que en nuestro organismo existen defensas para las enfermedades, la habitual sobreexigencia a nuestro cuerpo a menudo las sobrecarga y su poder no alcanza para combatir múltiples virus o bacterias que esperan acechantes cualquier "baja de guardia" en el sistema inmunológico y desencadenan una enfermedad. Pero estos adversarios no son invencibles. Y las defensas del organismo pueden ser alimentadas e incrementadas hasta convertirse en un fuerte "ejército" que lo protegerá de cualquier dolencia.

Los especialistas aseguran que el cuerpo es un sistema defensivo en sí mismo, y que no existe un sólo órgano responsable de cuidarlo de las enfermedades, sino que cada una de sus partes, además de cumplir sus correspondientes funciones, se protege, y protege a las demás. Por esta razón, no se debe descuidar ningún rincón del organismo, puesto que por medio de un efecto en cadena, usted puede padecer más posibilidades de resfriarse, por ejemplo, si el hígado o los ríñones no funcionan adecuadamente.

¿Cómo? La explicación es bastante simple: estos dos órganos -entre otras cosas- actúan como filtros depuradores de toxinas. Si no funcionan bien, no podrán cumplir esta tarea y las toxinas pasarán a la sangre, produciendo un descenso de las defensas. Cuando las múltiples maquinarias fisiológicas no hacen sus deberes en tiempo y forma, se desencadenan las enfermedades. Es casi obvio entonces, decir que si se mantiene esta maquinaria en sus debidas condiciones, no habrá lugar para visitantes molestos.

Ya sabemos porqué podemos enfermarnos. Conocer dónde y cuándo acechan principalmente los causantes de gripes y resfíos, ayudará a evitar períodos de cama y el uso obligatorio del pañuelo. En las épocas invernales, las mucosas protectoras de nariz, garganta y pulmones tienen mayores dificultades para cumplir su función, debido a las bajas temperaturas, y cualquier mínima deficiencia en el sistema inmunitario dejará la puerta abierta a los virus respiratorios que están en todas partes.

Pero además, poseen la desafortunada propiedad de distribuirse equitativamente entre la población. Lo que el saber popular definiría como un mal de muchos.

Para esquivar la generosidad dudosa de estos huéspedes a quienes nadie ha invitado, es necesario aprender leyes en su contra. No será un signo de mala educación dejarlos afuera. ¿De qué manera? Manteniendo las defensas altas con una guía de cuidados en toxinas, y obviamente, en kilos de más.

"No hay que adelgazar durante las temporadas de bajas temperaturas porque bajan las defensas". Esta premisa es válida sólo si usted se encuentra en su peso ideal. Si tiene sobrepeso, lo mejor, para su cuerpo, por dentro y por fuera, será adelgazar sin dejar de consumir las vitaminas necesarias para evitar enfermedades.

La limpieza interior es otra de las condiciones fundamentales para que las defensas funcionen como deben. Y esto tiene su correspondiente explicación. Todos los órganos en su conjunto necesitan actuar correctamente y para ello deben estar libres de toxinas.

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