Un nuevo método para implante óseo
Sólo en los Estados Unidos, se realizan alrededor de 200.000 implantes óseos y cerca de 265.000 restauraciones de articulaciones por año, más las intervenciones practicadas por patologías ocasionadas por déficit de calcio (osteoporosis) o daños traumáticos.
Paliar las disfunciones y obtener una recuperación funcional del esqueleto, constituye la punta del ovillo de una disciplina en pleno desarrollo: la implantología. Uno de los caminos hacia donde está orientada la búsqueda de soluciones, consiste en encontrar una terapéutica quirúrgica confiable en la regeneración del tejido óseo.
Recientes investigaciones del Laboratorio de Psicología General y Comparada, del Museo Nacional de Historia Natural, de París, establecieron que el nácar de la ostra "Plcnata máxima", constituye un mamáxima", constituye un material eficaz para reemplazar y regenerar huesos. Estas ostras gigantes, habitan los mares tropicales de la zona indiomalaya.
Perfectamente tolerado por el organismo, el nácar implantado es "biointegrable": establece un contacto íntimo con el hueso. Por lo tanto, la restauración es respetuosa de las funciones del tejido óseo y la prótesis se comporta como si siempre hubiera pertenecido a ese esqueleto.
Sólo en los Estados Unidos, se realizan alrededor de 200.000 implantes óseos y cerca de 265.000 restauraciones de articulaciones por año, más las intervenciones practicadas por patologías ocasionadas por déficit de calcio (osteoporosis) o daños traumáticos.
Paliar las disfunciones y obtener una recuperación funcional del esqueleto, constituye la punta del ovillo de una disciplina en pleno desarrollo: la implantología. Uno de los caminos hacia donde está orientada la búsqueda de soluciones, consiste en encontrar una terapéutica quirúrgica confiable en la regeneración del tejido óseo.
Recientes investigaciones del Laboratorio de Psicología General y Comparada, del Museo Nacional de Historia Natural, de París, establecieron que el nácar de la ostra "Plcnata máxima", constituye un mamáxima", constituye un material eficaz para reemplazar y regenerar huesos. Estas ostras gigantes, habitan los mares tropicales de la zona indiomalaya.
Perfectamente tolerado por el organismo, el nácar implantado es "biointegrable": establece un contacto íntimo con el hueso. Por lo tanto, la restauración es respetuosa de las funciones del tejido óseo y la prótesis se comporta como si siempre hubiera pertenecido a ese esqueleto.