Prevenir la gripe
Se asegura que quienes viven en el campo, con muchas horas de exposición al aire libre, tienen menos posibilidades de padecer una gripe que quien trabaja en un banco o un niño de la ciudad, criado "adentro". La escasa, o nula, actividad al aire libre, así como también la falta de ejercicio físico, favorecen la predisposición al contagio. La actividad física es importante.
Uno de los mejores abrigos que se puede ofrecer al organismo durante el invierno es una alimentación equilibrada. No hay que saltear ninguna comida. Especialmente, refuerce el desayuno y no salga a la calle "con algo" y nada más. Jugos naturales, una tostada y cereales con leche caliente, cuando de chicos se trate, puede ser la mejor forma de comenzar el día. En general, hay que aumentar el consumo de frutas y verduras.
Especialmente, no hay que convertirlos a los chicos en osos polares. Lo ideal es llevar varias prendas livianas, superpuestas, que permitan adaptar la vestimenta a las diferentes temperaturas de los ambientes.
No olvidarse de proteger el cuello con una bufanda, que también resultará útil para tapar la boca y la nariz y así evitar que el aire frío llegue a los pulmones.
Se asegura que quienes viven en el campo, con muchas horas de exposición al aire libre, tienen menos posibilidades de padecer una gripe que quien trabaja en un banco o un niño de la ciudad, criado "adentro". La escasa, o nula, actividad al aire libre, así como también la falta de ejercicio físico, favorecen la predisposición al contagio. La actividad física es importante.
Uno de los mejores abrigos que se puede ofrecer al organismo durante el invierno es una alimentación equilibrada. No hay que saltear ninguna comida. Especialmente, refuerce el desayuno y no salga a la calle "con algo" y nada más. Jugos naturales, una tostada y cereales con leche caliente, cuando de chicos se trate, puede ser la mejor forma de comenzar el día. En general, hay que aumentar el consumo de frutas y verduras.
Especialmente, no hay que convertirlos a los chicos en osos polares. Lo ideal es llevar varias prendas livianas, superpuestas, que permitan adaptar la vestimenta a las diferentes temperaturas de los ambientes.
No olvidarse de proteger el cuello con una bufanda, que también resultará útil para tapar la boca y la nariz y así evitar que el aire frío llegue a los pulmones.