Toxicomanías

Existen una serie de sustancias que, independientemente de sus acciones terapéuticas (por ejemplo, la morfina como analgésico), mucha gente los utiliza por sus efectos en sí, por los «paraísos artificiales» que producen y que comportan una gran dependencia del sujeto hacia la droga.

Es este factor de la dependencia el denominador común que las agrupa y el que hace que sean sustancias peligrosas, no sólo desde un punto de vista individual, sino también social. La dependencia puede ser psíquica, física, o bien de ambos órdenes.

Dependencia psíquica es la que supone un constante deseo, por parte del individuo, de tomar la droga, a pesar de que la abstinencia no le produce trastornos; es decir, puede permanecer sin tomar la droga, y cuando la toma, las dosis suelen ser las mismas, sin requerir aumentarlas.

En otros casos, la dependencia es además física: la privación de la droga da lugar a una serie de fenómenos extremadamente desagradables y se produce una verdadera necesidad física de la droga. En estos casos, las dosis son cada vez mayores, pues en el organismo se crea un estado de adaptación al producto.