Mala alimentacion

Errores que perjudican nuestra alimentación

• Comer demasiado rápido. Hábito que suele acompañar al que mencionamos anteriormente. Se calcula que hay que estar comiendo como mínimo durante veinte minutos. Ese es el tiempo que nos requiere una buena masticación. Tragar la comida como un animal hambriento provoca una sensación de pesadez muy duradera.

• Comer en forma súper abundante. Los grandes banquetes, característicos en esta época del año, nos invitan a la glotonería. Pero debemos evitarla. Sólo hay que comer lo necesario, ni un bocado de más.

• Cenar muy tarde. Después de la última comida, conviene esperar, aunque sea una hora, antes de irse a dormir. Pero si cenamos muy tarde, no podremos tomarnos ese tiempo. Así, la digestión será más difícil y el sueño quedará entrecortado.

• No comprar alimentos frescos. Seguramente, las latas de conservas tienen su atractivo. Fáciles de preparar y transportar, muchos las eligen para evitarse el trastorno de cocinar. Pero los alimentos frescos tienen muchas virtudes que no podemos encontrar en las latas. Y así también reducimos los riesgos de sufrir intoxicaciones.

• No tomar agua. Como ya lo dijimos, el agua es un elemento esencial para el verano. No olvide llevar dos botellas grandes a la playa.

Buena alimentacion

Alimentos que pueden traer complicaciones en verano

El calor es el medio en el que mejor se reproducen las bacterias. Esto quiere decir que una comida que esté apenas pasada puede transformarse rápidamente en un certificado de Intoxicación.

Los alimentos que se conservan en frío pueden descomponerse si se corta la cadena de frío. Esto puede suceder en el transporte de los productos hasta el comercio, en el comercio mismo o después de que usted los compra si no los refrigera a tiempo.

También hay que tener cuidado con los congelados, porque si llegan a su estado natural no pueden volver a freezarse. Otra buena medida para evitar problemas es cocinar perfectamente todas las comidas. Del mismo modo, cuando va a comer a restaurantes y pida la carne preparada a punto o bien cocida, pero nunca jugosa.

El helado y los mariscos son dos puntos de peligro clásicos del verano, por eso consuma los que proceden de negocios confiables en lugar de los que se venden en la calle. Las conservas compradas (berenjenas o almejas al escabeche) también son riesgosas, trate de prepararlas usted misma.