En las puertas del tercer milenio, los cursos y seminarios de autotrans-formación ("insight", o "mirada interior", en inglés) se presentan como una alternativa cada vez más popular para resolver la mayor parte de las angustias existenciales de los seres humanos. Hablamos con algunas de estas "escuelas de vida" para saber qué proponen y las razones del boom.
A poco de finalizar el siglo suma adeptos una nueva filosofía de vida que propone reemplazar el sufrimiento por el perdón, los abrazos y los pensamientos positivos. Para obtener la ansiada felicidad miles de personas eligen entregarse a misteriosas experiencias de autotransformación y autoconocimiento, y se aislan durante algunos días del resto del mundo para consagrarse a la tarea de viajar al fondo de su ser.
Con marcas registradas de nombres enigmáticos como Hoffman Quadrinity Process, Creacción o Crecimiento Interior, estos métodos promueven que las personas se alejen por unos días de sus hogares para viajar a un lugar rodeado por la naturaleza, adonde se dedicarán pura y exclusivamente a contemplar sus vidas desde una perspectiva diferente a sus vivencias cotidianas.
A las aulas de estas "escuelas de vida" llegan todo tipo de personas congregadas por una misma inquietud: cambiar su forma de vivir. Profesionales, amas de casa, estudiantes y artistas concurren a estos seminarios y muchos declararon públicamente estar muy satisfechos con los resultados. También llegan a los cursos personas con adicciones, depresión y hasta personas afectadas por enfermedades terminales. Todos acuden en busca del impulso que necesitan para realizar aquellos proyectos encajonados en el fondo de la memoria y poder concretar sus objetivos.
Ciertamente, la promesa de encontrar en menos de una semana la solución para los problemas que acaso lo hayan aquejado a uno durante toda su vida, es tentadora. Sin embargo es imposible no preguntarse si este tipo de respuestas rápidas puede ofrecer soluciones auténticamente duraderas.
"Los cambios son para toda la vida", dice Berta Sperber, directora del Instituto Hoffman de Argentina. Más de 30.000 personas en 16 países pasaron por el llamado proceso de la cuadrini-dad, al que la profesional define como "un método intensivo, concentrado en una semana entera para poder desactivar la compulsión a reproducir actitudes o modelos internos en la vida adulta " que perjudican las relaciones en el trabajo y la familia.
Todas las personas que hayan superado la pubertad y que tengan la convicción de querer asumir el compromiso con su propia vida -y que puedan pagar una suma de aproximadamente 2000 dólares por todo el plan que incluye alojamiento, traslados y comidas además del curso- pueden viajar a una estancia en la que durante siete días participarán de distintas actividades vivenciales que les permitirán reconocer la "programación" y el "amor negativo" que aprendieron en la infancia de sus padres y que en la actualidad actúa como un freno para vivir la vida de acuerdo al propio deseo.
A poco de finalizar el siglo suma adeptos una nueva filosofía de vida que propone reemplazar el sufrimiento por el perdón, los abrazos y los pensamientos positivos. Para obtener la ansiada felicidad miles de personas eligen entregarse a misteriosas experiencias de autotransformación y autoconocimiento, y se aislan durante algunos días del resto del mundo para consagrarse a la tarea de viajar al fondo de su ser.
Con marcas registradas de nombres enigmáticos como Hoffman Quadrinity Process, Creacción o Crecimiento Interior, estos métodos promueven que las personas se alejen por unos días de sus hogares para viajar a un lugar rodeado por la naturaleza, adonde se dedicarán pura y exclusivamente a contemplar sus vidas desde una perspectiva diferente a sus vivencias cotidianas.
A las aulas de estas "escuelas de vida" llegan todo tipo de personas congregadas por una misma inquietud: cambiar su forma de vivir. Profesionales, amas de casa, estudiantes y artistas concurren a estos seminarios y muchos declararon públicamente estar muy satisfechos con los resultados. También llegan a los cursos personas con adicciones, depresión y hasta personas afectadas por enfermedades terminales. Todos acuden en busca del impulso que necesitan para realizar aquellos proyectos encajonados en el fondo de la memoria y poder concretar sus objetivos.
Ciertamente, la promesa de encontrar en menos de una semana la solución para los problemas que acaso lo hayan aquejado a uno durante toda su vida, es tentadora. Sin embargo es imposible no preguntarse si este tipo de respuestas rápidas puede ofrecer soluciones auténticamente duraderas.
"Los cambios son para toda la vida", dice Berta Sperber, directora del Instituto Hoffman de Argentina. Más de 30.000 personas en 16 países pasaron por el llamado proceso de la cuadrini-dad, al que la profesional define como "un método intensivo, concentrado en una semana entera para poder desactivar la compulsión a reproducir actitudes o modelos internos en la vida adulta " que perjudican las relaciones en el trabajo y la familia.
Todas las personas que hayan superado la pubertad y que tengan la convicción de querer asumir el compromiso con su propia vida -y que puedan pagar una suma de aproximadamente 2000 dólares por todo el plan que incluye alojamiento, traslados y comidas además del curso- pueden viajar a una estancia en la que durante siete días participarán de distintas actividades vivenciales que les permitirán reconocer la "programación" y el "amor negativo" que aprendieron en la infancia de sus padres y que en la actualidad actúa como un freno para vivir la vida de acuerdo al propio deseo.