Un paseo por el aire fresco de una mañana de otoño, una caricia al gato de casa, una buena carcajada... y de pronto la angustia. La respiración se hace más rápida y fatigosa, de los bronquios provienen silbidos, comienza una fastidiosa tos seca, la ansiedad crece y aumenta la angustia en un perverso círculo vicioso.
¿Qué sucede? Muy simple. Un ataque de asma.
Lo conocen bien por experiencia directa millones de personas en todo el mundo. De ese total, un 70 por ciento son niños.
Desde hace 20 años, la difusión de este síndrome se ha incrementado constantemente en los países occidentales, sobre todo en los más chicos, y según los expertos, la situación seguirá empeorando.
¿Cuáles son las razones de este aumento? Y, ¿qué se puede hacer para defenderse? No es fácil decir por qué el asma ha aumentado en las últimas dos décadas. Todavía se piensa que los mayores responsables son la contaminación ambiental y el hecho de que muchos pacientes no siguen sus tratamientos con la constancia necesaria o recurren a terapias inapropiadas.
En realidad, si el asma está adecuadamente tratada, casi todas las formas asmáticas pueden tenerse bajo control. Pero para saber cómo y por qué, es necesario primero saber de qué se trata esta enfermedad tan difusa y aparentemente difícil de comprender y conocer todas las formas en las que puede aparecer (asma alérgica, no alérgica, de esfuerzo, de aspirina, de polvo, etcétera).
COMO SE CURA EL ASMA
Luego de reconocer los síntomas (silbidos, tos seca, fatiga), para hacer un diagnóstico, el paciente debe ser sometido a la prueba de funcionalidad respiratoria. En la práctica, luego de haber inspirado profundamente, debe espirar con fuerza dentro de un tubo ligado a un espirómetro, un instmmento capaz de medir el funcionamiento del aparato respiratorio a partir de varios parámetros.
El de mayor utilidad se llama lotumen espnatono jorrado en el primer segundo y expresa la cantidad de aire que se llega a expulsar de los pulmones en el primer segundo. Este simple dato puede decir si el paciente tiene los bronquios obstruidos o no y qué nivel de gravedad demuestran. En base a estos datos y a los síntomas, se determina un tratamiento médico cuyo objetivo es mantener la inflamación bajo control v despejar los bronquios cuando disminuye el espasmo.
Para esto se utilizan:
- Antiinflamatorios
Disminuyen los síntomas, aminoran el número de episodios agudos de asma -que de otra manera necesitarían internación-, reducen la necesidad de broncodilatadores y previenen el desarrollo de una obstrucción irreversible.
- Broncodilatadores
Ayudan a que los bronquios se reabran durante la crisis. Los aerosoles broncodilatadores deben aplicarse en la boca en el momento de la crisis. Esto permite responder pronto a los síntomas, lo que impide que el episodio se haga más severo y el paciente deba recurrir a la sala de emergencias o permanecer internado.
- La cantidad y combinación de estos fármacos varía según la gravedad de la enfermedad.
¿Qué sucede? Muy simple. Un ataque de asma.
Lo conocen bien por experiencia directa millones de personas en todo el mundo. De ese total, un 70 por ciento son niños.
Desde hace 20 años, la difusión de este síndrome se ha incrementado constantemente en los países occidentales, sobre todo en los más chicos, y según los expertos, la situación seguirá empeorando.
¿Cuáles son las razones de este aumento? Y, ¿qué se puede hacer para defenderse? No es fácil decir por qué el asma ha aumentado en las últimas dos décadas. Todavía se piensa que los mayores responsables son la contaminación ambiental y el hecho de que muchos pacientes no siguen sus tratamientos con la constancia necesaria o recurren a terapias inapropiadas.
En realidad, si el asma está adecuadamente tratada, casi todas las formas asmáticas pueden tenerse bajo control. Pero para saber cómo y por qué, es necesario primero saber de qué se trata esta enfermedad tan difusa y aparentemente difícil de comprender y conocer todas las formas en las que puede aparecer (asma alérgica, no alérgica, de esfuerzo, de aspirina, de polvo, etcétera).
COMO SE CURA EL ASMA
Luego de reconocer los síntomas (silbidos, tos seca, fatiga), para hacer un diagnóstico, el paciente debe ser sometido a la prueba de funcionalidad respiratoria. En la práctica, luego de haber inspirado profundamente, debe espirar con fuerza dentro de un tubo ligado a un espirómetro, un instmmento capaz de medir el funcionamiento del aparato respiratorio a partir de varios parámetros.
El de mayor utilidad se llama lotumen espnatono jorrado en el primer segundo y expresa la cantidad de aire que se llega a expulsar de los pulmones en el primer segundo. Este simple dato puede decir si el paciente tiene los bronquios obstruidos o no y qué nivel de gravedad demuestran. En base a estos datos y a los síntomas, se determina un tratamiento médico cuyo objetivo es mantener la inflamación bajo control v despejar los bronquios cuando disminuye el espasmo.
Para esto se utilizan:
- Antiinflamatorios
Disminuyen los síntomas, aminoran el número de episodios agudos de asma -que de otra manera necesitarían internación-, reducen la necesidad de broncodilatadores y previenen el desarrollo de una obstrucción irreversible.
- Broncodilatadores
Ayudan a que los bronquios se reabran durante la crisis. Los aerosoles broncodilatadores deben aplicarse en la boca en el momento de la crisis. Esto permite responder pronto a los síntomas, lo que impide que el episodio se haga más severo y el paciente deba recurrir a la sala de emergencias o permanecer internado.
- La cantidad y combinación de estos fármacos varía según la gravedad de la enfermedad.