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jueves, 3 de marzo de 2011

Como vencer las pequeñas manías


Las pequeñas manías que tenemos todos no son rituales en un sentido exacto: son más bien hábitos que nos caracterizan. Incluso pueden integrar la lista esos pequeños automatismos que hacemos sin notarlo en absoluto, como dibujar mientras hablamos por teléfono o comernos los pellejitos de las uñas, acomodarnos la ropa o enrularnos un mechón de pelo. Las siguientes son algunas de las más comunes. ¿Usted ya aprendió a reconocer las suyas?

- Memorízar números difíciles: las matrículas de los autos, los números de documentos.

- Cantar en voz alta junto con la radio.

- Lustrar todos los objetos brillantes

- Tener que doblar el diario para leerlo

- Sacar las pelusltas de la ropa de lana.

- Caminar por la calle sin pisar las rayitas de las baldosas

Como vencer las manías
Una de las características de las ¡deas obsesivas es que los pensamientes se encadenan dentro de la cabeza y uno siente que no puede parar de "darse manija". Pero siempre llega un momento en que uno hace un click y se da cuenta. El problema, sobre todo cuando la obsesión es muy aguda es que se pierde mucho tiempo.

Cuando uno está con una idea fija y puede dejar de pensar pierde al mismo tiempo la noción de lo que está pasando a su alrededor y de repente mira el reloj y se da cuenta de que se pasó tal vez horas sin hacer nada de lo que tenía que hacer.

Lo que pasa con el obsesivo es que esos pensamientos se le imponen, entonces es muy difícil que pueda parar. Generalmente tiene que pasar algo, como un llamado por teléfono o que venga alguien a hablarle para que se dé cuenta.

Detener esos rollos no es una cuestión de voluntarismo en ciertos casos. Es cuando fallan las fórmulas de autoayuda. Los pensamientos positivos son muy efectivos y pueden suplantar a los negativos sólo en los casos en que la neurosis obsesiva no se Instaló demasiado profundamente. Si la personalidad no se fijó en esa estructura entonces las técnicas de crecimiento interior o las terapias del comportamiento pueden ser eficaces para aprender a cambiar los rollos internos que nos paralizan. Pero si se trata de un conflicto más agudo lo más indicado para llegar hasta el fondo es una terapia individual sicoanalítica.

Generalmente cuando alguien tiene una colección de objetos o algún hobby al que le dedica su tiempo libre se dice de él que es un maniático o un obsesivo. Quienes lo rodean saben bien que no hay que meterse con él cuando está dedicado a su sagrado pasatiempo. No se debe interrumpirlo ni tocar sus objetos porque seguramente se molestará. Sin embargo la pasión que pone un coleccionista, aunque tenga algún rasgo parecido a la obsesión no es lo mismo.

En esos casos no podemos hablar de una patología porque se trata más bien de una forma de canalizar el deseo por algo que nos gusta. En general el tener un hobby no altera la forma de vida ni la relación con las demás personas, porque aunque uno se vuelva loco por conseguir una pieza y no admita interrupciones cuando dedica su momento del día a su pasatiempo, conoce bien los límites.

Es como el amor: uno puede extrañar mucho a la persona que ama y tener ganas de estar bastante tiempo con ella pero si quiere controlar todos y cada uno de los movimientos de esa persona y vive haciendo escenas de celos más que sentir amor está dominado por una obsesión.

miércoles, 2 de marzo de 2011

La Neurosis Emocional - enfermedades mentales


No todo lo que uno hace es para evadirse, nos explica la licenciada Stescovich tranquilizándonos sin duda, y agrega: A veces uno hace cosas que forman parte de su carácter y que lo hacen sentir bien, cómodo.

Y si no lo puede hacer se pone nervioso. Hay personas que son obsesivas de los horarios y de la puntualidad. Otras que antes de salir de su casa necesitan retocar toda la ropa con la plancha porque siempre tienen que estar impecables. Y quienes tienen el hábito de ducharse antes de salir de su casa y si un día no lo hacen se sienten incómodos.

Todas son costumbres completamente aceptables que a uno le ayudan a sentirse más confortable. El problema empieza cuando estos hábitos comienzan a tornarse imprescindibles y se convierten en obsesiones. Es decir que si uno no los cumple se angustia. Si uno está incómodo en una reunión porque no se bañó y siente que todos lo miran, no puede dejar de preguntarse si tendrá mal olor, ya entramos en el ámbito de la patología.

Todo el mundo se lava las manos para ir a comer o después de ir al baño. Pero cuando uno siente un pánico infundado a que los gérmenes lo Invadan, experimenta un asco profundo por la menor suciedad y tiene que lavarse cada cinco minutos porque no puede estar tranquilo, ahí hay que pensar en la neurosis obsesiva. Lo que guía los actos de esa persona es una idea particular que tiene acerca de la suciedad y la contaminaclón.

Habría que ver qué esta simbolizando para esa persona la suciedad, comenta la especialista. Y además se ve obligado por una fuerza interna que lo impulsa a ejectuarlo compulsivamente o a pensar esas ideas a pesar de no desearlo.

En el fondo, aclara la licenciada Stes-covich, el camino de la salud y la enfermedad es una cuestión de grado. Una cosa es tener la casa perfectamente limpia y enojarse porque alguien en un descuido tiró la ceniza al piso y otra es perseguirse o perseguir a los demás para que no muevan ni un milímetro una silla de lugar y si ocurre tener un acceso de angustia.

Evidentemente esta actitud está encubriendo un problema más Importante que hay que analizar. Uno de los momentos del día en que la gente tiene más rituales es para ir a dormir. Los chicos necesitan escuchar un cuento, que les den el besito de las buenas noches, abrazar a su osito, tener su frazadita o dejar una luz encendida. Los mayores eligen leer un libro, mirar televisión o hacer crucigramas.

Hay quienes se toman un tecito caliente y quienes eligen ese momento para hablar por teléfono. Pero cuando uno no puede conciliar el sueño sin hacer todo un ceremonial complicadísimo, como poner la ropa que se sacó de determinada manera, todos los zapatos guardados en el placar, el reloj mirando siempre hacia el mismo lado, ahí ya está haciendo lo que en sicología se llama síntoma. Es la evidencia de que hay algún tipo de problema en la personalidad que está dificultando la salud síquica y emocional.