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miércoles, 2 de marzo de 2011

La Neurosis Emocional - enfermedades mentales


No todo lo que uno hace es para evadirse, nos explica la licenciada Stescovich tranquilizándonos sin duda, y agrega: A veces uno hace cosas que forman parte de su carácter y que lo hacen sentir bien, cómodo.

Y si no lo puede hacer se pone nervioso. Hay personas que son obsesivas de los horarios y de la puntualidad. Otras que antes de salir de su casa necesitan retocar toda la ropa con la plancha porque siempre tienen que estar impecables. Y quienes tienen el hábito de ducharse antes de salir de su casa y si un día no lo hacen se sienten incómodos.

Todas son costumbres completamente aceptables que a uno le ayudan a sentirse más confortable. El problema empieza cuando estos hábitos comienzan a tornarse imprescindibles y se convierten en obsesiones. Es decir que si uno no los cumple se angustia. Si uno está incómodo en una reunión porque no se bañó y siente que todos lo miran, no puede dejar de preguntarse si tendrá mal olor, ya entramos en el ámbito de la patología.

Todo el mundo se lava las manos para ir a comer o después de ir al baño. Pero cuando uno siente un pánico infundado a que los gérmenes lo Invadan, experimenta un asco profundo por la menor suciedad y tiene que lavarse cada cinco minutos porque no puede estar tranquilo, ahí hay que pensar en la neurosis obsesiva. Lo que guía los actos de esa persona es una idea particular que tiene acerca de la suciedad y la contaminaclón.

Habría que ver qué esta simbolizando para esa persona la suciedad, comenta la especialista. Y además se ve obligado por una fuerza interna que lo impulsa a ejectuarlo compulsivamente o a pensar esas ideas a pesar de no desearlo.

En el fondo, aclara la licenciada Stes-covich, el camino de la salud y la enfermedad es una cuestión de grado. Una cosa es tener la casa perfectamente limpia y enojarse porque alguien en un descuido tiró la ceniza al piso y otra es perseguirse o perseguir a los demás para que no muevan ni un milímetro una silla de lugar y si ocurre tener un acceso de angustia.

Evidentemente esta actitud está encubriendo un problema más Importante que hay que analizar. Uno de los momentos del día en que la gente tiene más rituales es para ir a dormir. Los chicos necesitan escuchar un cuento, que les den el besito de las buenas noches, abrazar a su osito, tener su frazadita o dejar una luz encendida. Los mayores eligen leer un libro, mirar televisión o hacer crucigramas.

Hay quienes se toman un tecito caliente y quienes eligen ese momento para hablar por teléfono. Pero cuando uno no puede conciliar el sueño sin hacer todo un ceremonial complicadísimo, como poner la ropa que se sacó de determinada manera, todos los zapatos guardados en el placar, el reloj mirando siempre hacia el mismo lado, ahí ya está haciendo lo que en sicología se llama síntoma. Es la evidencia de que hay algún tipo de problema en la personalidad que está dificultando la salud síquica y emocional.

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