Está cansado de tener caries y problemas en las encías a causa del mal cepillado de los dientes, la mala calidad de la pasta o la falta de algunos elementos que facilitan la limpieza bucal. Si la respuesta es afirmativa lea esta nota y sepa todo lo que debe hacer para evitar estos problemas.
El deterioro de la salud bucal se produce fundamentalmente por dos problemas: las caries y la enfermedad periodontal (conocida como piorrea). Ambas alteraciones son producidas por un mismo agente, la placa bacteriana y el sarro.
La placa es una capa de bacterias suave, pegajosa y sin color que se forma constantemente sobre los dientes. Cuando esta sustancia se combina con el azúcar y otros carbohidratos, puede formar ácidos que, a su vez, atacan el esmalte de los dientes causando caries. Luego de un correcto cepillado el diente está limpio, pero en pocas horas a él se adhiere una película incolora.
Los microorganismos se van juntando primero en esta película y luego se unen entre sí en forma ordenada y sistemática. Si no son removidos cada 12 horas como mínimo, esa placa se hace más estable convirtiéndose en placa bacteriana (la responsable de causar la in flamación de las encías -gingivitis- que se reconoce cuando éstas sangran).
De no tratarse oportunamente, la gingivitis puede conducir a la periodontitis, una condición más seria que causa que las encías se retraigan y los huesos se deterioren. Como resultado, las estructuras de soporte se debilitan y los dientes se aflojan. Todos estos procesos van acompañados por un desagradable aliento (halitosis).
Cuando los minerales que se encuentran en la saliva se combinan con la placa en la superficie del diente y se endurecen, forman un depósito feo y áspero llamado cálculo o sano. Esta acumulación formada casi totalmente por minerales, produce una superficie áspera sobre la cual se puede acumular más placa.
El deterioro de la salud bucal se produce fundamentalmente por dos problemas: las caries y la enfermedad periodontal (conocida como piorrea). Ambas alteraciones son producidas por un mismo agente, la placa bacteriana y el sarro.
La placa es una capa de bacterias suave, pegajosa y sin color que se forma constantemente sobre los dientes. Cuando esta sustancia se combina con el azúcar y otros carbohidratos, puede formar ácidos que, a su vez, atacan el esmalte de los dientes causando caries. Luego de un correcto cepillado el diente está limpio, pero en pocas horas a él se adhiere una película incolora.
Los microorganismos se van juntando primero en esta película y luego se unen entre sí en forma ordenada y sistemática. Si no son removidos cada 12 horas como mínimo, esa placa se hace más estable convirtiéndose en placa bacteriana (la responsable de causar la in flamación de las encías -gingivitis- que se reconoce cuando éstas sangran).
De no tratarse oportunamente, la gingivitis puede conducir a la periodontitis, una condición más seria que causa que las encías se retraigan y los huesos se deterioren. Como resultado, las estructuras de soporte se debilitan y los dientes se aflojan. Todos estos procesos van acompañados por un desagradable aliento (halitosis).
Cuando los minerales que se encuentran en la saliva se combinan con la placa en la superficie del diente y se endurecen, forman un depósito feo y áspero llamado cálculo o sano. Esta acumulación formada casi totalmente por minerales, produce una superficie áspera sobre la cual se puede acumular más placa.
