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lunes, 21 de febrero de 2011

Órganos Linfáticos - conoce tu cuerpo


LOS ÓRGANOS LINFATICOS
El sistema linfático está formado por una serie de órganos y un sistema tubular (vasos linfáticos) con estructuras y funciones bien diferenciadas. En los órganos linfáticos se forman una células denominadas linfocitos que desempeñan un papel fundamental en los mecanismos defensivos de nuestro organismo. Estos órganos son los siguientes:

- La médula ósea: en ella se forman todas las células de la sangre (linfocitos incluidos). Se halla en la cavidad de los huesos. En un principio es roja y con la edad va siendo sustituida en parte por tejido graso (médula ósea amarilla). En la formación de células sanguíneas tiene especial interés la que se encuentra en el interior de las costillas, cuerpos vertebrales y esternón, así como en los huesos cortos de manos y pies.

- El timo: se trata de un órgano de consistencia blanda situado detrás del esternón. Alcanza su máximo desarrollo 3 egar a la pubertad (pesa hasta 40 ramos), atrofiándose progresivamente después y alcanzando en la edad adulta.

- Acción antiedematizante: el drenaje linfático manual es capaz de vaciar un llnfedema a través del masaje y así evitar problemas vasculares.

- Edemas del embarazo: por una serie de cambios hormonales en el organismo femenino, se produce una retención hídrica más o menos manifiesta, en los primeros meses del embarazo. Con el drenaje se logra deshinchar las partes más afectadas y mantener la circulación de la sangre sin alteraciones.

- Fibras musculares: el drenaje linfático puede influir tanto en los músculos estriados como las lisos. En la musculatura esquelética (estriado) ejerce un efecto relajantes; en la musculatura visceral (lisa) cuando son sometidas a una serie de estímulos suaves reaccionan mejorando y activando su automatismo.

- Acné: al llegar a la pubertad, se produce en los adolescentes un Incremento de las hormonas sexuales que dan lugar a una mayor actividad de las glándulas sebáceas, hasta tal punto que en muchas de ellas se produce un taponamiento. El efecto drenante, antiedematizante y limpiador del drenaje linfático va a mejorar claramente la respuesta de la piel a los diferentes tratamientos del acné.

- Celulitis: el drenaje representa una ayuda Importante para favorecer el drenaje (salida) de los residuos acuerdados en las partes afectadas por la celulitis.

lunes, 14 de febrero de 2011

Sistema Inmunitario - las defensas del organismo


Las Defensas Inmunitarias
Entre los principales agentes de nuestras defensas antiinfecciosas, hay que citar ante todo a los linfocitos que pertenecen al grupo (son entre el 15 y el 20 %) de los glóbulos blancos. Hay dos grandes tipos de linfocitos: los "B" y los "T"; uno y otro provienen del centro de la médula ósea pero cumplen destinos y roles diferentes.

Los linfocitos "B" son verdaderas tropas de choque, que se presentan primero ante todo agresor (microbios, virus, toxinas o sustancias extrañas) y son denominados antígenos.

Frente a estos huéspedes indeseables, se transforman en plasmocitos de combate. Durante la batalla, que entonces comienza a librarse, se forman con ciertas moléculas proteínicas presentes en el suero sanguíneo, llamadas globulinas, unas sustancias defensivas específicas de cada antígeno considerado. Estas sustancias forman inmunoglobulinas, más conocidas bajo el nombre de anticuerpos y están subdivididas en muchas clases, según sus actividades propias y sus lugares preferenciales de acción.

Por su parte los linfocitos "T", tienen una vida más larga, migran en principio hacia el timo, pequeño órgano glandular situado en el tórax detrás del esternón, luego circulan en la sangre donde se acumulan hacia el bazo y los ganglios. Intervienen en las infecciones intracelulares y se sub-dividen en linfocitos T citotóxicos , es decir en los asesinos de las células infectadas por un virus. Estos linfocitos son los agentes de la inmunidad celular.

Finalmente, están los otros combatientes del gran ejército antiinfeccioso: los macrófagos. Son también glóbulos blancos pero de gran tamaño y con una gran movilidad, que les permite llegar a todos los lugares del cuerpo. Tienen la capacidad de englobar y digerir los residuos celulares y en particular aquellos de origen microbiano. Son los que terminan barriendo el campo de batalla.

Estos diferentes combatientes de nuestro sistema inmunitario, -linfocitos, inmunoglobulinas o macrófagos- permiten neutralizar y luego aniquilar a los gérmenes agresores.

Pero si están débiles, la infección se desarrollará y será necesario recurrir a los antibióticos. Por eso es importante mantener y multiplicar todas estas diferentes armas antiinfecciosas. Con más razón si se acerca el invierno.