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martes, 15 de febrero de 2011

Los Oligoelementos - Escudos Protectores de la Salud


OLIGOELEMENTOS: LOS ESCUDOS PROTECTORES
Cuando hay un déficit de aporte en zinc, se comprueba en los anímales una atrofia de los órganos Imfoides, aquellos donde se concentran los linfocitos T, agentes inmunitarios de una alta actividad.

En el hombre, quienes tienen déficit de zinc, presentan siempre infecciones de más larga duración. Y desde que se sabe que las heridas y quemaduras cicatrizan más rápido gracias a los aportes de zinc, por vías generales o locales, se concluyó definitivamente que este oligometal, es digno de tenerse en cuenta en todos los casos de infecciones, principalmente las de la piel. Las infecciones cutáneas en invierno generalmente atacan muy fuerte.

Esto sucede en buena medida por el hecho de que en la estación fría se transpira menos: Y se sabe que la transpiración lleva anticuerpos que protegen a los tejidos cutáneos. En la lucha antinfecciosa hay otros oligoelementos que nos pueden ayudar. El selenio por ejemplo, sobre todo asociado a la vitamina E refuerza las respuestas inmunitarias posterior a las vacunaciones.

En oligoterapia, las prevenciones de infecciones se efectúan por la prescripción de manganeso, cobre o de calcio, cobre, zinc, a razón de dos veces por semana y en alternancia antes del invierno. El magnesio que no imita sus efectos al sólo dominio neuromuscular se considera muy útil para prevenir las infecciones virales, en particular la gripe. Además refuerza la actividad de los macrófagos.

OLIGOELEMENTOS Y MINERALES
- Azufre: Pescados, huevos, quesos, repollo, ajo, rábano,

- Cobre: Frutas secas (nueces y avellanas), champignones, algas.

- Magnesio: Caracoles, legumbres secas, gérmenes de cereales, frutas secas, chocolate, bananas.

- Manganeso: Yema de huevo, gérmenes de cereales, remolacha, soja.

- Selenio: Caracoles, pescados, crustáceos, cereales integrales, cebollas, ananás.

- Zinc: Cereales germinados (brotes de soja, alfalfa, etc.) levadura de cerveza, espinacas, champignones, quesos.

Nota: En este cuadro solamente figuran los alimentos cuyas cantidades de vitaminas u oligoelementos son más altas en promedio que en el resto

lunes, 14 de febrero de 2011

Sistema Inmunitario - las defensas del organismo


Las Defensas Inmunitarias
Entre los principales agentes de nuestras defensas antiinfecciosas, hay que citar ante todo a los linfocitos que pertenecen al grupo (son entre el 15 y el 20 %) de los glóbulos blancos. Hay dos grandes tipos de linfocitos: los "B" y los "T"; uno y otro provienen del centro de la médula ósea pero cumplen destinos y roles diferentes.

Los linfocitos "B" son verdaderas tropas de choque, que se presentan primero ante todo agresor (microbios, virus, toxinas o sustancias extrañas) y son denominados antígenos.

Frente a estos huéspedes indeseables, se transforman en plasmocitos de combate. Durante la batalla, que entonces comienza a librarse, se forman con ciertas moléculas proteínicas presentes en el suero sanguíneo, llamadas globulinas, unas sustancias defensivas específicas de cada antígeno considerado. Estas sustancias forman inmunoglobulinas, más conocidas bajo el nombre de anticuerpos y están subdivididas en muchas clases, según sus actividades propias y sus lugares preferenciales de acción.

Por su parte los linfocitos "T", tienen una vida más larga, migran en principio hacia el timo, pequeño órgano glandular situado en el tórax detrás del esternón, luego circulan en la sangre donde se acumulan hacia el bazo y los ganglios. Intervienen en las infecciones intracelulares y se sub-dividen en linfocitos T citotóxicos , es decir en los asesinos de las células infectadas por un virus. Estos linfocitos son los agentes de la inmunidad celular.

Finalmente, están los otros combatientes del gran ejército antiinfeccioso: los macrófagos. Son también glóbulos blancos pero de gran tamaño y con una gran movilidad, que les permite llegar a todos los lugares del cuerpo. Tienen la capacidad de englobar y digerir los residuos celulares y en particular aquellos de origen microbiano. Son los que terminan barriendo el campo de batalla.

Estos diferentes combatientes de nuestro sistema inmunitario, -linfocitos, inmunoglobulinas o macrófagos- permiten neutralizar y luego aniquilar a los gérmenes agresores.

Pero si están débiles, la infección se desarrollará y será necesario recurrir a los antibióticos. Por eso es importante mantener y multiplicar todas estas diferentes armas antiinfecciosas. Con más razón si se acerca el invierno.

sábado, 12 de febrero de 2011

Las Vitaminas - Esenciales para las defensas en Invierno


Está por llegar el invierno y empezamos a temblar, no sólo de frío sino también porque una vez más nos asalta la misma pregunta, sin respuesta: ¿Cuántas gripes, resfríos; bronquitis, estornudos y demás variedades de regalos estacionales invadirán la salud y la tranquilidad de nuestra familia? Si ese es su caso, deje de preocuparse y ocúpese ya mismo para que este año la historia no vuelva a repetirse.

Como ya sabemos, los virus y bacterias pueden aterrizar en cualquier parte pero sólo consiguen vivir, reproducirse y luego atacar, allí donde encuentran el campo propicio para hacerlo, es decir en un orga-nismo debilitado. Si en cambio llegan a un campo minado, como lo es un cuerpo protegido desde todos sus frentes, les será imposible sobrevivir.

Además, la experiencia ya nos demostró que para defenderse de los gérmenes ambientales es inútil pasarse el invierno enfundados en abrigadísimos sobretodos o envueltos en kilométricas bufandas que impiden moverse con comodidad. Lo que se necesita, en realidad, es disponer de un buen arsenal de defensas inmunitarias.

Y su organismo sabe muy bien cómo fabricarlas. Lo que le proponemos en esta nota es que trate de ayudarlo a reforzar sus armas naturales, del modo más eficaz, simple y agradable. Para estar en forma todo el invierno, estimular sus defensas inmunitarias y escaparle a las infecciones, siempre al acecho, siga desde ahora nuestro plan de acción.

No podría haber una estimulación inmunitaria eficaz sin vitaminas Al respecto, la vitamina C goza de una reputación indiscutible porque posee la doble propiedad de ser a la vez antinfecciosa y tonificante.

Entre los vegetales frescos, el repollo y las frutas, y en particular, obviamente, los cítricos, son muy ricos en esta sustancia. Su eficacia es aún mayor porque en la naturaleza se la encuentra asociada al factor vitamínico P, lo que no sucede en las vitaminas C sintetizadas en laboratorio.

En realidad, a pesar de todas sus virtudes, en caso de infección, la vitamina C sólo interviene para favorecer la migración de las células macrófagas y no sobre la producción de los anticuerpos. No sucede lo mismo con otras vitaminas que ejercen una acción directa sobre la producción de armas inmunitarias, y por lo tanto, ante la ausencia de aquéllas, estas últimas ya no pueden atacar masivamente. Entre esas vitaminas, hay que citar ante todo a la B6 o piridoxina, B5 o ácido pantoténico y B9 o ácido fólico.

Es así que en los sujetos sometidos a una carencia voluntaria de piridoxina, aún de corta duración, se constata una producción reducida de anticuerpos después de vacunarse. Paralelamente si lo que le falta es la vitamina B5 recuerde que la levadura de cerveza y la yema de huevo están muy cargadas con estas dos vitaminas. La vitamina B12, bien conocida como factor antianémico, interviene igualmente, pero en menor grado, en la elaboración de los anticuerpos.