Es sabido que un abdomen trabajado permite una gran flexibilidad y posibilita mayor velocidad de movimientos, como girar el torso o encorvarse, vitales en muchos deportes. Pero, además, otro beneficio se observa justamente en el lado opuesto: la espalda.
Con músculos abdominales fuertes, no sólo se podrá lucir una silueta esbelta, sino que también ayudará a mantener la espina dorsal alineada, disminuir la presión sobre las vértebras y mejorar en general la postura corporal desde la pelvis hasta la nuca.
Si bien un abdomen bien trabajado no garantiza la inexistencia de molestias, reduce notablemente la posibilidad de que aparezcan.
Quienes practican tenis, volley, boxeo y natación entre otros deportes, realizan ejercicios que mejoran el tono muscular de esta región; no obstante, el mejor camino para obtener fuerza abdominal pasa por levantarse, algo que todos los hombres hacen a diario.
En el sencillo acto de levantarse de una silla se encierran los movimientos necesarios para tonificar todos los músculos del abdomen (transversales, rectos y oblicuos). La atención debe estar puesta en la manera en que se efectúa, ya que es muy probable que en el impulso por incorporarse con los pies en el suelo, el esfuerzo lo hagan los cuadríceps (ubicados delante de los muslos) y las caderas.
Para asegurarse que el esfuerzo se realice en la zona deseada y no derive hacia las piernas y caderas, es imprescindible observar algunos recaudos:
- El primer paso. Acostarse en el suelo con la espalda hacia abajo y elevar los pies a cuarenta centímetros del piso, doblando las rodillas hasta formar un ángulo de noventa grados con las piernas. La cabeza no debe apoyar en ningún lado y para evitar ayudarse con los brazos, hay que dejarlos cruzados por delante del pecho llevando los codos a rozar con las rodillas.
- La tarea comienza. Desde esa posición hay que bajar los pies lentamente hasta casi tocar el suelo y elevarlos nuevamente al lugar original. Para los principiantes el ideal se acerca a las 10 o 15 repeticiones tres veces por semana a razón de diez minutos por sesión.
- Aumento progresivo. El momento justo para ampliar de 15 a 20 será cuando deje de sentir un pequeño dolor en el abdomen mientras realiza el ejercicio. En adelante su cuerpo le dará las señales para incrementar el número. De todas maneras siempre es más importante hacer poco y bien que mucho y mal, así que no se apure y camine sobre seguro. Por último, tan valiosa como la ejercitación es mantener una dieta para reducir grasas y quemar calorías. Sin este detalle, su abdomen puede resistirse a tomar cierta fortaleza por más empeño que se tenga para tirarse al suelo y elevar las piernas.