¿MORIMOS A CAUSA DE NUESTROS GENES?
Después de esta primera tentativa de explicación científica del envejecimiento, las hipótesis se multiplicaron: de la teoría de los errores catastróficos (las proteínas sintetizándose cometerían errores que al cabo de un tiempo terminarían por matar a la célula) a la de las radiaciones naturales que alterarían nuestro ADN, pasando por los ataques de los famosos radicales libres.
Más recientemente, un estudio americano puso en evidencia la presencia de componentes del ADN, cuyo rol sería evitar que éste sea alterado durante sus divisiones celulares. Los mismos telómeros -ése es su nombre- son acortados cada vez que la célula se divide.
Al cabo de un tiempo, cuando los telómeros son muy cortos, se vuelven incapaces de mantener el capital de Informaciones contenidas en el ADN y la descendencia celular muere. También podría ser que, sabiendo que ciertas descendencias celulares no mueren jamás (es el caso de las células germinales y de las células cancerosas) los investigadores están actualmente tratando de estudiar encarnizadamente su mecanismo para saber qué es lo que mantiene a sus telómeros en estado.
Si lo encuentran, ¿encontrarán también el secreto de la inmortalidad? Tal vez esa sea su secreta esperanza. Esperando encontrar el modo de actuar sobre los genes para permanecer eternamente joven -y esto no es para mañana mismo-, nos disponemos mientras tanto a presentarle batalla a los enemigos que nos acosan con el paso de los años. He aquí algunos de los secretos para prevenir algunos de los problemas que suelen acompañar el avance de la edad.
Después de esta primera tentativa de explicación científica del envejecimiento, las hipótesis se multiplicaron: de la teoría de los errores catastróficos (las proteínas sintetizándose cometerían errores que al cabo de un tiempo terminarían por matar a la célula) a la de las radiaciones naturales que alterarían nuestro ADN, pasando por los ataques de los famosos radicales libres.
Más recientemente, un estudio americano puso en evidencia la presencia de componentes del ADN, cuyo rol sería evitar que éste sea alterado durante sus divisiones celulares. Los mismos telómeros -ése es su nombre- son acortados cada vez que la célula se divide.
Al cabo de un tiempo, cuando los telómeros son muy cortos, se vuelven incapaces de mantener el capital de Informaciones contenidas en el ADN y la descendencia celular muere. También podría ser que, sabiendo que ciertas descendencias celulares no mueren jamás (es el caso de las células germinales y de las células cancerosas) los investigadores están actualmente tratando de estudiar encarnizadamente su mecanismo para saber qué es lo que mantiene a sus telómeros en estado.
Si lo encuentran, ¿encontrarán también el secreto de la inmortalidad? Tal vez esa sea su secreta esperanza. Esperando encontrar el modo de actuar sobre los genes para permanecer eternamente joven -y esto no es para mañana mismo-, nos disponemos mientras tanto a presentarle batalla a los enemigos que nos acosan con el paso de los años. He aquí algunos de los secretos para prevenir algunos de los problemas que suelen acompañar el avance de la edad.