dolores de cabeza

Hay tres clases de dolores de cabeza y cada uno tiene sus características

El paciente debe saber que no todos los dolores de cabeza son iguales ni que, por lo tanto, tienen que tratarse y medicarse de la misma manera. Además, el uso excesivo o inadecuado de calmantes puede traer consecuencias lamentables, como la dependencia a los fármacos ingeridos arbitrariamente, sin dictamen ni control médicos y por más que se trate de productos de venta libre en algunos casos. Y también, como efecto secundario, aparece la reproducción de idénticos dolores debido al síndrome de abstinencia o tolerancia que provocan.

Hay tres clases de dolores y cada uno tiene su propia característica. La más común es la cefalea tensional o de contracción muscular. Se origina en el estrés y en estados de ánimo depresivos. Provoca opresión alrededor del cráneo.

La jaqueca o migraña es de origen vascular y genético. Los científicos consideran que tres de cada cuatro personas la padecen si sus padres también la sufren. La más dolorosa es la cefalea arracimada o acuminada: el dolor se concentra en la región facial inferior. Para cada especie hay una medicación específica.

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Quién no ha tenido dolor de cabeza alguna vez? Es tan difundida esta dolencia que las estadísticas señalan que la padecen, en alguna de sus formas, un 78 por ciento de la población femenina y un 64 por ciento de la población masculina. Sin embargo, no por tan difundida es bien conocida la cefalea o dolor de cabeza. Si bien los estudios de la última década han dado respuesta a muchos interrogantes, aún quedan algunos sin responder.

La introducción y práctica de técnicas como el mapeo cerebral computarizado o el estudio de los potenciales evocados cerebrales permiten al paciente tener la seguridad de un diagnóstico y un tratamiento correctos. Como suele ocurrir, quienes menos saben son los más interesados: los propios pacientes. Es por eso que una de las premisas fundamentales es que se acerquen al especialista con la definida intención de aprender cuanto sea posible sobre su mal y participar con firme voluntad en el tratamiento que el médico les indique.