El término "
dieta baja en carbohidratos" evoca ciertos estereotipos en la mente de muchos pacientes y médicos por igual. Un error común acerca de esta polémica forma de comer es que, inevitablemente, rica en lácteos y carnes, y muy deficientes en frutas y verduras. Otro mito acerca de
hidratos de baja es que plantea diversos factores de riesgo cardiovascular.
Pero, tal vez la noción más frecuente equivocado acerca de la restricción de carbohidratos es que es perjudicial para los riñones. Todas estas afirmaciones han sido refutadas sumariamente en la literatura científica en los últimos años. Sin embargo, no todo el mundo es consciente.
Está universalmente acordado que la reducción de la
ingesta de carbohidratos reduce el azúcar en la sangre y la producción de insulina en los no diabéticos y diabéticos tipo 2. Irónicamente, los nutricionistas más tradicionales no se atreven a recomendar dietas bajas en carbohidratos en los pacientes con
hiperglucemia. Esto es en parte debido a las preocupaciones sobre los efectos de una dieta sobre el sistema cardiovascular y renal. Esta es una preocupación porque los diabéticos se documentan como exhibiendo un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, insuficiencia renal y accidente cerebrovascular que la población general.
Un nuevo estudio publicado en el Diario Clínico de la Sociedad Americana de Nefrología que, por fin, poner el tema del daño renal inducido por baja en carbohidratos para descansar. En el ensayo de 2 años, se compararon dos dietas en un grupo de 307 adultos obesos: una dieta convencional baja en grasa frente a una
proteína de alta dieta baja en carbohidratos. Los resultados, en la medida en función de los riñones y la salud se refiere, determinó que la dieta baja en carbohidratos en realidad mejoró varias medidas de la salud renal, así como una disminución de la creatinina sérica (-4,2%) y la cistatina C (-8,4%). Además, no hubo signos de formación de cálculos renales o la densidad ósea reducida en los voluntarios restringidas carbohidratos.
Tal vez te sorprenda saber que varios otros revisados ??por expertos, las investigaciones confirman estos hallazgos actuales. La conclusión es que las dietas bajas en carbohidratos tienden a afectar la función renal, en los que no tienen enfermedad renal preexistente, mejor o comparable para reducir grasa, dietas bajas en proteínas.
Hay un menor de edad, aunque notable excepción, la regla establecida en el párrafo anterior. Las dietas cetogénicas, que son muy bajas en hidratos de carbono, se sabe que contribuyen a la formación de cálculos renales en aproximadamente un 6% de las que mantienen esta dieta a largo plazo. Si bien esto es una preocupación legítima, este pequeño riesgo puede ser eficaz y de manera segura usando el citrato de potasio, un bajo costo y totalmente natural "de la droga". Por otra parte, los de muy restrictivas, las dietas cetogénicas suelen hacerlo para manejar problemas serios de salud como la enfermedad de
Alzheimer, el cáncer o la epilepsia. En estos casos, la pequeña posibilidad de cálculos renales no es una consideración primordial.