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domingo, 13 de marzo de 2011

Los Antibióticos - Consejos


- Pregúntele a su médico acerca de un nuevo medicamento: la cefixina. Se trata del primero y único tratamiento de dosis diaria única para las infecciones del oído medio y la bronquitis, y es la solución perfecta para las madres que trabajan y no pueden estar recordándoles a sus hijos que tomen el antibiótico. También para los olvidadizos, que así tendrán menos probabilidades de olvidar la ingesta antibiótica.

- Preste atención al momento del día en que usted toma su medicina. Algunos antibióticos se absorben mal con las comidas. Lea el prospecto o pregunte a su farmacéutico. Si se recomienda tomar la pildora con el estómago vacío, recuerde que eso significa una hora antes o dos horas después de una comida.

- Algunos antibióticos pueden provocar perturbaciones estomacales, por lo cual conviene asegurarse de administrar los antibióticos especificados junto con la comida.

- Jamás administre ninguna medicación sobrante a otros individuos ni ingiera ese antibiótico para una infección subsiguiente sin consultar a un médico.

- Evite el uso indiscriminado de antibióticos para resfríos o infecciones triviales.

- Algunos antibióticos apuntan sólo a organismos específicos. En contraposición a estas drogas de espectro estrecho , los antibióticos de amplio espectro, que acribillan cualquier germen que surja a la vista; puesto que estas preparaciones menos discriminatorias son incapaces de diferenciar entre las bacterias buenas del cuerpo y los microbios infecciosos, puede destruirse el equilibrio natural de los organismos protectores de su hijo. La pérdida de estos acompañantes inocentes a menudo da por resultado dos perturbadores efectos colaterales: diarrea e infecciones fermentativas en la boca o la vagina. ¿Pueden prevenirse estas reacciones? Muchos intentan restaurar el equilibrio con los organismos benignos que se encuentran en el yogur. Desdichadamente, el antibiótico también mata los organismos que se encuentran en este último. De modo que la mejor estrategia consiste en tratar los síntomas hasta completarse el tratamiento por antibióticos.

- Si el antibiótico no mejora el estado de salud del paciente en el lapso de cuatro o cinco días, o desarrolla fiebre u otros síntomas nuevos, puede indicar una reacción adversa. En ese caso, más vale estar seguro que lamentarlo. Llame a su médico. No crea que lo está molestando.

viernes, 11 de marzo de 2011

Antibióticos - tratamiento para infecciones



¿CUAL ES EL MAS EFECTIVO?

Al disponerse de tantos antibióticos diferentes (hay más de 15 clases diferentes tan solo de penicilina), debemos preguntarnos cómo elige nuestro médico el arma más eficaz contra las bacterias. El primer paso consiste en reconocer y caracterizar la infección. Los síntomas del paciente pueden sugerir una infección bacteriana, pero también pueden significar la acción de un hongo o de un virus. En caso de ser bacteriana, el culpable puede ser un estafilococo, un estreptococo, o algún otro microbio.

Puesto que el antibiótico elegido debe resultar eficaz contra el organismo perturbador, el espectro de actividad de la droga es crucial. También tiene importancia el destino, es decir el lugar del cuerpo donde se localiza la infección (los senos, la vejiga o la piel, por ejemplo).

Algunos antibióticos penetran en tejidos específicos y fluidos del cuerpo mejor que otros. La nitrofurantoína por ejemplo, es un tratamiento soberbio para las infecciones del tracto urinario, pero no logra penetrar en absoluto en los senos nasales infectados. Por supuesto, el médico debe estar al tanto de la medicación a escoger, pero esto simplemente explica por qué las pruebas de laboratorio pueden tener suma importancia para efectuar la elección correcta.

APROVECHE EL MEDICAMENTO AL MAXIMO

I Trate de no saltearse ninguna dosis. Sea honesto: ¿siempre recuerda ingerir cada pildora? Tampoco lo hacen los demás. Pero es fundamental. Para matar las bacterias debe haber un nivel apropiado de antibiótico en la sangre y los tejidos. Si no lo hay en forma suficiente, el antibiótico puede ser ineficaz.

Es igualmente importante completar todo el tratamiento de antibióticos (habitualmente de 10 a 14 días). Aunque usted se sienta mejor, es posible que quede latente una infección residual, que podrá volver a desarrollarse si usted ha suspendido prematuramente el antibiótico.

En este sentido las estadísticas no perdonan: nueve de cada diez veces, el no permitir que se complete todo el tratamiento de antibióticos puede conducir a un desastre. Una sencilla infección de la vejiga puede transformarse en una grave infección renal, y una infección de la garganta puede progresar para convertirse en una fiebre reumática, con el consiguiente daño cardíaco.

Hasta los individuos más responsables tienen dificultades para recordar que deben administrar tres o cuatro veces diarias el medicamento. Si usted se saltea una dosis, compénsela lo más pronto posible. Al concluir el día usted querrá tratar de asegurarse de haber administrado la dosis total.

domingo, 6 de marzo de 2011

Los Antibióticos - remedios para infecciones


Infaltables en los botiquines hogareños, los antibióticos se han convertido en un arma implacable contra las infecciones. Sin embargo, es fundamental hacer buen uso de ellos. Para eso, en esta nota le damos algunos consejos que maximizarán su eficacia y minimizarán sus riesgos.

Las nuevas generaciones han incorporado los antibióticos a sus botiquines como algo común y corriente, como si se tratara de un antiséptico o un analgésico. Sin embargo, la historia de estos medicamentos es tan corta como la del ratón Mickey. Hace cincuenta años, Alexander Fleming descubrió la acción terapéutica de la penicilina, y con ella, un nuevo universo se abrió para la medicina. Hasta entonces, las sencillas infecciones de los senos frontales podían ser fatales, y hasta una cortadura podía matar.

En la actualidad, el cincuenta por ciento de los pediatras se consagra a luchar contra las infecciones bacterianas en los niños, y es rara la persona que no haya tragado esas pildoras o no haya sobornado a sus hijos para que engullesen una cucharadita de alguna sustancia rosada, dando por sentado que uno se sentiría mejor en pocos días. Pero muchos de nosotros aún albergamos algunas persistentes dudas acerca de esas drogas, creadas hacia la Segunda Guerra Mundial:

¿Cómo actúan? ¿Cómo habría que tomarlas? ¿Qué efectos colaterales potenciales cabe esperar? ¿No estará el médico recetándolas en exceso? Conociendo algunas claves mágicas acerca de estos notables medicamentos, usted podrá maximizar su eficacia y minimizar sus riesgos.

Pero primero es importante entender precisamente qué son los antibióticos. Para decirlo crudamente se trata de una especie de pesticida. Por ende, y al igual que los insecticidas, los antibióticos son mucho más tóxicos para las pestes que para la gente. Esa toxicidad selectiva es la que permite que estas drogas borren una infección bacteriana sin envenenarnos también a nosotros.

Puesto que los procesos vitales bacterianos son tan diferentes de los nuestros, los antibióticos pueden actuar selectivamente en el metabolismo de un germen, en su estructura o bien en su capacidad reproductiva. El resultado es una bacteria muerta o desarmada, que el sistema inmunológico de nuestro cuerpo podrá eliminar con facilidad.