Varios científicos comenzaron a estudiar la posibilidad de utilizar a los sapos venenos situados en América con el fin de aliviar el dolor en pacientes. Los sapos venenosos que se encuentran en las zonas tropicales cercanas al Ecuador son de las más temidas como predadores, de esta manera se vuelven fuera del objetivo de especies que quieran alimentarse de ellos. Son sus toxinas que están siendo estudiadas para la fabricación de un nuevo analgésico, esto sería solo el comienzo para la posterior creación de otros medicamentos. Todo esto se debe a la presencia de laepibatidina que es el alcaloide que se encarga de trabajar contra el dolor.
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