Como el estrés, el frío produce la contracción de los vasos sanguíneos y tensión muscular. Así, el corazón sufre del mismo modo que frente a una situación de emoción violenta o igual que sometido a los efectos del estrés. En este caso, la crisis circulatoria comienza por el aumento de la presión sanguínea, es decir la diástole y la sístole cardíacas elevan su nivel normal y, a continuación, el frío más la hipertensión arterial exigen al músculo cardíaco de tal modo que el proceso desencadena en un infarto. Así como se parecen en sus causas y consecuencias, usted debe prevenirse del frío tanto como de la presión. Del mismo modo que el consumo indiscriminado de grasas, alcohol o cigarrillos.
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