Albert Einstein una vez famoso, bromeó: "Todo debe hacerse lo más simple posible, pero no más simple." El tema de azúcar ilustra bien este punto. Algunos tratan de hacernos creer que todos los calórico equivalente, edulcorantes de origen natural son básicamente los mismos. Sólo tienes que comer con moderación y no hay peligro realmente poco.
Sin embargo, un examen cuidadoso de la literatura médica sugiere lo contrario. En particular, la fructosa se destaca como un edulcorante que debería limitarse en la dieta.
En los últimos meses, la fructosa se ha implicado como:
a) reducir el potencial de calorías y grasas "quema" (oxidación neta grasa y el gasto energético en reposo) de hombres y mujeres con sobrepeso;
b) contribuir al dolor abdominal, síntomas digestivos y trastornos del sueño en los niños;
c) elevar varios marcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular como el colesterol LDL ("colesterol malo") y triglicéridos;
d) un principal contribuyente al desarrollo de la obesidad abdominal, la hipertensión y el síndrome metabólico en una población de estudio consta de más de 2.500 adultos. Muchos de los problemas asociados con la fructosa puede evitarse simplemente evitando el contacto con los productos que contienen néctar de agave o jarabe, fructosa cristalina y jarabe de maíz alto en fructosa.
El exceso de consumo de fruta y zumos de fruta también puede presentar problemas para algunas personas. Otra estrategia a considerar es la inclusión regular de alimentos ricos en azufre en la dieta, tales como el ajo, las cebollas y chalotes. Varios experimentos en modelos animales han determinado que estas bombillas aromáticos pueden mitigar algunos de la azúcar en la sangre, la actividad cardiovascular y inflamatoria iniciada por la ingesta de fructosa.
Sin embargo, un examen cuidadoso de la literatura médica sugiere lo contrario. En particular, la fructosa se destaca como un edulcorante que debería limitarse en la dieta.
En los últimos meses, la fructosa se ha implicado como:
a) reducir el potencial de calorías y grasas "quema" (oxidación neta grasa y el gasto energético en reposo) de hombres y mujeres con sobrepeso;
b) contribuir al dolor abdominal, síntomas digestivos y trastornos del sueño en los niños;
c) elevar varios marcadores de riesgo de enfermedad cardiovascular como el colesterol LDL ("colesterol malo") y triglicéridos;
d) un principal contribuyente al desarrollo de la obesidad abdominal, la hipertensión y el síndrome metabólico en una población de estudio consta de más de 2.500 adultos. Muchos de los problemas asociados con la fructosa puede evitarse simplemente evitando el contacto con los productos que contienen néctar de agave o jarabe, fructosa cristalina y jarabe de maíz alto en fructosa.
El exceso de consumo de fruta y zumos de fruta también puede presentar problemas para algunas personas. Otra estrategia a considerar es la inclusión regular de alimentos ricos en azufre en la dieta, tales como el ajo, las cebollas y chalotes. Varios experimentos en modelos animales han determinado que estas bombillas aromáticos pueden mitigar algunos de la azúcar en la sangre, la actividad cardiovascular y inflamatoria iniciada por la ingesta de fructosa.
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