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jueves, 10 de marzo de 2011

Manzana - Un alimento completo


Más allá de la alegoría de Adán y Eva, que demuestra que el conocimiento del exquisito fruto se remonta a las épocas más remotas de la historia de - nuestro mundo, la manzana es un alimento natural y refrescante que se consume en todas partes y en cualquier momento del año. De contextura globosa, corteza delgada y lisa, pulpa carnosa con sabor ácido o ligeramente azucarado y crujiente ante el ávido mordisco del hombre, se caracteriza por aportar innumerables beneficios al organismo.

Originaria de Europa occidental y Asia, la manzana es la fruta más ampliamente desarrollada en las regiones templadas y resulta próspera en una amplia gama de climas y terrenos. Siglos de cultivo y de selección han dado como resultado unas 3.000 clases diferentes de manzanas (junto a la pera integra el grupo de los frutos en pomos) con nombres determinados.

Entre ellas se destaca la Golden Delicious, variedad universal desde los años '50, que se conserva sin problemas de enero a diciembre y que por su facilidad de producción, la perfección de su aroma y delicado aspecto monopoliza la mayor parte del mercado. Otras especies son la Starking o Stark Delicious (pulpa suave y piel rojo-amarilla), la reineta (piel moteada y sabor levemente agridulce, ideal para asar), la verde doncella (de extraordinaria belleza, piel brillante verde y/o amarilla y sabor muy particular) y la camuesa (manzana enana, con un marcado aroma y de sabor dulce).

Consumida cruda, cocida, en mermelada, gelatina o jugos naturales -¿y por qué no en forma de sidra?- esta fruta aporta valores nutricionales muy importantes y cada 100 gramos posee 60 calorías, 0,3 gramos de proteínas, 13,9 gramos de hidratos de carbono y 0,4 gramos de lípidos, de los cuales sólo 8 miligramos son de colesterol. Contiene, además, 84,1 gramos de agua, 0,3 gramos de ceniza, un gramo de celulosa y un 15 por ciento de azúcares, lo que representa un valor energético de 50 kcal.

Por otro lado es rica en minerales como calcio (fortalece los huesos), fósforo (vigoriza la memoria y el cerebro), hierre (aumenta el caudal de glóbulos rojos y los tonifica), sodio (incide sobre todo el organismo), cobre (purifica la sangre) y potasio (indispensable para la eliminación de urea) y en vitaminas A, Bl, B2, B3 y C.

Esto significa que una manzana grande equivale a 600 gramos de zapallo. Desprovista de su cascara y finamente rallada sirve para combatir la diarrea por su poder astringente, gracias al tanino y a la peetina que posee. Siempre que sea ingerida en estado de madurez y bien masticada resulta de fácil digestión y prácticamente reemplaza al cepillo de dientes (si su hijo no sabe cepillarse, déle una manzana), ya que su pulpa es carnosa, se amolda perfectamente a la forma de las piezas dentales y barre los restos de comida que hayan quedado alojados en los intersticios bucales.

Al mismo tiempo efectúa un masaje de las encías y no deja residuos de microorganismos.

sábado, 5 de marzo de 2011

La Manzana - Desintoxicante y Diurética


Todos sus beneficios terspeuticos
Pero aquí no concluyen sus propiedades higiénicas y medicinales. Como prueba se enumeraran de manera somera sus principales virtudes terapéuticas y algunas de las características que erigen a la manzana como una de las frutas más completas, en razón de su composición físico-química: Artritis y gota. La manzana actúa como disolvente y eliminador del ácido úrico y, a raíz de su riqueza en agua y su tenor de potasio facilita la eliminación de la urea.

Obesidad. Calma el hambre y, por su volumen, da sensación de saciedad. Reemplaza a los excesos de proteínas y materias grasas. Arteriosclerosis. Es un alimento que prácticamente no contiene colesterol.

Estreñimiento. Una manzana ingerida en ayunas moviliza el funcionamiento intestinal. Su contenido en celulosa favorece los movimientos intestinales, actuando como suave laxante.

Nefritis. Por su alto contenido de agua facilita el funcionamiento renal.

Molestias hepáticas. Por su fácil digestibilidad es ideal para quienes sufren del hígado. La manzana debe consumirse en su punto justo de maduración, es decir cuando en su piel se alternan las tonalidades rojas y verdes y al ser cortada desprende su inconfundible jugo agridulce.

Una manzana verde irrita el intestino igual que un purgante, mientras que una demasiado madura ha perdido su proporción de celulosa y peetina. Se trata de una fruta que se mantiene bien a temperaturas entre cero y cinco grados y durante dos a seis meses, según la variedad. Soporta muy mal la congelación, innecesaria por otra parte ya que es posible encontrarla en cualquier época del año.

Desintoxicante y Diurética
Agradable, sana y refrescante, la manzana tiene positiva repercusión en bebedores y fumadores por su efecto desinfectante en la boca y por proteger a la garganta de las enfermedades. Los jugos semiácidos encierran un poder altamente oxidante, purifican la sangre, favorecen la acción digestiva, ejercen una protección sobre las paredes intestinales, son desintoxicantes, diuréticos y alcalinizan el organismo. Esta fruta, rica en sustancias minerales, mantiene en la mujer la buena composición de los tejidos y tiene una influencia relevante sobre la elasticidad, frecura y vivacidad de las pupilas, desarrollo de los dientes y conservación general de la salud, además de otorgarle colorido a la epidermis y durabilidad a los cabellos.

Al perder acidez y consistencia con la cocción, simplificándose en consecuencia su digestión, la manzana es también ideal para los ancianos. Su cualidad acida, azucarada y mucilaginosa la conceptúa como un efectivo y suave laxante, por lo que es utilizada con fines terapéuticos en las irritaciones del aparato digestivo y en las inflamaciones de los órganos respiratorios. Los profesionales de la salud afirman que se trata del fruto más valioso en ácido fosfórico y recomiendan comer una manzana antes de acostarse, para facilitar las funciones del hígado y los riñones y poder disfrutar de un sueño tranquilo y reparador.