Entrada destacada

acne facial

Como mencionamos en oportunidades anteriores el acné se puede clasificar en cuatro grados. Sólo el que está enmarcado como de primer grado ...

viernes, 10 de junio de 2011

La Depresión - preguntas más frecuentes


- No hay un momento de la vida más propenso para padecer la depresión.
No. Pese a que cualquiera puede ser depresivo, sin importar su edad, podemos decir que hay distintas "edades de riesgo" en las cuales es más probable sufrir depresión. Las principales son la adolescencia (los jóvenes entran en crisis por la inmensa cantidad de cambios que deben afrontar. No olvidemos que el suicidio es la segunda causa de mortalidad de los adolescentes), y la tercera edad (con la ancianidad, el hombre debe enfrentarse con numerosas pérdidas como la del trabajo, los afectos cercanos, la pareja, etc. Estas causas, sumadas a la figura de la muerte, pueden provocar la depresión).

- Es muy raro que un adulto común padezca de depresión.
No es verdad. La depresión, manifestada en sus distintas formas, alcanza a casi el diez por ciento de la población adulta, una cifra más que considerable. Además, la depresión puede presentarse sola (se habla de alteraciones afectivas unipolares y afecta a un cinco por ciento de los adultos) o asociada a una manifestación maníaca (se habla de alteraciones afectivas bipolares o del síndrome maníaco-depresivo y atañe a un tres por ciento de los mayores). Si bien aún no se ha podido constatar una etiología genética para esta última forma de la depresión, se estima que podría tener un origen hereditario.

- Las madres de hijos pequeños jamás sufren de depresión.
Todo lo contrario. La llamada "depresión post-parto" afecta a casi el ochenta por ciento de las mujeres inmediatamente después del nacimiento de sus hijos, o bien después de haber perdido a su bebé, ya sea por un aborto voluntario o involuntario. Entre el tercer y décimo día después del parto, las mujeres afectadas sufren llantos inmotivados, insomnio, desinterés por el recién nacido y ataques de angustia.

- Al depresivo hay que consentirlo y consolarlo.
De ninguna forma. Si quienes rodean al depresivo lo consienten constantemente, en realidad están haciendo que el mismo saque provecho de su enfermedad. Esto es lo que Freud denomina "beneficio secundario" de la enfermedad y resulta contraproducente para el individuo afectado, ya que el paciente ve a su enfermedad como positiva, ya que a través de ella consigue afecto y atención. '

No hay comentarios:

Publicar un comentario