Los dolores en la parte anterior del cuello (músculos esterno-cleido-mastoideos), tensiones y ronqueras son los primeros síntomas de una voz que está siendo maltratada. El hecho de hacer uso excesivo -cantidad de horas que se utiliza- no es malo.
Lo esencial es que la persona termine de hablar, de trabajar, sin dolores, sin grandes cansancios más que lo normal y fisiológico. Otra cosa es cuando se hace un uso abusivo de la voz. Por ejemplo, cuando estamos gritando durante mucho tiempo, o hablando en inferioridad de condiciones.
Lo importante es que cuando tengamos problemas en la voz nos dirijamos al fonlatra que es quien se encarga de solucionar estas afecciones. Mediante un entrenamiento fisiológico que les permita Ir descubriendo su verdadera voz y mejorar y ampliar su potencialidad, las personas afectadas no sólo lograrán curarla sino también obtener de ella el máximo de rendimiento con un mínimo de esfuerzo.
Pero hay algo muy importante a tener en cuenta. La buena elección del especialista es esencial para el tratamiento. Este debe ser un fonoaudiólogo, un licenciado o un doctor en Fonología. Un maestro de canto, por ejemplo, no puede llevar a cabo esta tarea, porque él se ocupa de la voz cantada, no de la voz hablada. En otros casos hay que concurrir a un otorrinolaringólogo.
Este especialista trabajará en forma armoniosa con el foniatra llegando incluso a hacerse imprescindibles el uno para el otro.
Lo esencial es que la persona termine de hablar, de trabajar, sin dolores, sin grandes cansancios más que lo normal y fisiológico. Otra cosa es cuando se hace un uso abusivo de la voz. Por ejemplo, cuando estamos gritando durante mucho tiempo, o hablando en inferioridad de condiciones.
Lo importante es que cuando tengamos problemas en la voz nos dirijamos al fonlatra que es quien se encarga de solucionar estas afecciones. Mediante un entrenamiento fisiológico que les permita Ir descubriendo su verdadera voz y mejorar y ampliar su potencialidad, las personas afectadas no sólo lograrán curarla sino también obtener de ella el máximo de rendimiento con un mínimo de esfuerzo.
Pero hay algo muy importante a tener en cuenta. La buena elección del especialista es esencial para el tratamiento. Este debe ser un fonoaudiólogo, un licenciado o un doctor en Fonología. Un maestro de canto, por ejemplo, no puede llevar a cabo esta tarea, porque él se ocupa de la voz cantada, no de la voz hablada. En otros casos hay que concurrir a un otorrinolaringólogo.
Este especialista trabajará en forma armoniosa con el foniatra llegando incluso a hacerse imprescindibles el uno para el otro.
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